Recordamos que toda actividad física supone un nivel de exigencia a nuestro cuerpo y que debemos estar en las condiciones optimas para que este ejercicio no solo no nos perjudique, sino que nos sea satisfactorio y mejore nuestra salud.
la marcha nórdica puede llevarnos desde niveles de intensidad leves, propios de un ejercicio rehabilitador hasta niveles de competición. Una práctica de tipo saludable no necesariamente debe ser una actividad floja, ya que nuestro sistema cardiovascular precisa de cierta intensidad para mejorar.
por ese motivo, les facilitamos este test PAR-Q y recordamos que NUNCA debe sustituir a una visita a nuestro médico de familia o incluso un control cardiológico exhaustivo ( con prueba de esfuerzo) en caso de querer debutar en alguna competición.